top of page

La casa



Por entonces era ya la lluvia
un precoz anuncio del abismo
la antigüedad de su cielo gritaba
como un aroma melancólico
abrazado al calor y al peligro,
era la garganta jamás atorada
la onza pesada y húmeda
insinuándose amenaza o bendición
bajo la marea de los juegos inextinguibles
condenados al descanso.
En ese lívido mar
sí que amanecían el alma
el tiempo de los miedos inenarrables
las mejores desdichas del pasado
las cocinas abiertas a los amores;
eran así
todas las noches el mundo
contra la ventana construida hacia el fondo de la pieza
donde el verano fue nuestro único pergamino
iluminado desde la fiereza y su palidez;
era así la casa
una empecinada manera de reflejar
el fulgor de la fiesta aún dormida
aún muda.



Conrado Yasenza (5 de diciembre de 2006)

Obra El paraíso de  Marcel Duchamp

Haiku

 

soy un poeta sin libro,
como un efímero clavel del aire.

 

Conrado Yasenza

bottom of page