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Agostos



No me expulsen más​
¿acaso, puedo decidirlo?​
No tengo puntos de referencia últimamente​
y eso asusta,  astilla la fragilidad de un cisne negro.​
Busco pasos que se pierdan,​
nada más intenso que una mirada, mirarse en la mirada,​
¡pero basta de ternuras!, si este mes de lluvias​
está afincado en un extremo del puente​
donde los permisos se saludan.​
No hay rompecabezas posibles​
porque el despliegue de piezas se desdibuja​
en caleidoscopios de mares y reinas de la noche,​
¿y cómo describirían el deslizarse hacia la ternura?​
Inténtelo, simple, prosaico,​
la figura completa... todavía no existe.​
El mundo es más interesante si no hay garantías,​
y aquellos puentes como redoma de las contradicciones.​
No es mi intención recordarles el vacío,​
ya que tarde, o más tarde aun,​
encontraremos esa diagonal, y beberemos café, y trataremos de sostenernos​
contra la pena de su jardín arrasado por la lluvia histórica de Agosto.​
Una pequeña acotación algo cursi​
que romperá, casi con seguridad, este clima colmado de pieles que no nos obsequiamos gratuitamente:​
Es un delito, una falta grave, una inconsistencia moral, ir hasta el extremo, más allá del límite,​
y saltar del puente.

​

Conrado Yasenza (12 de enero de 2013)

Fotografía de Geof Kern

Haiku

 

soy un poeta sin libro,
como un efímero clavel del aire.

 

Conrado Yasenza

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